Los arquetipos influyen en nuestra vida cotidiana de varias maneras. A veces, porque muchas personas ni saben lo que son; otras, porque no encontramos sentido a tantas repeticiones de conducta en personajes dispares. Aquí damos las claves para entender mejor este fenómeno y los distintos tipos existentes.
¿Qué son los arquetipos?
Los arquetipos son patrones de conducta comunes que se encuentran en los individuos u objetos. Ahora bien, cuando nos referimos a un arquetipos, nos referimos a una tipología de personaje, ya estudiada en la filosofía griega y que desarrolló con más detalle el psicoanalista Carl Gustav Jung en el siglo XX. En resumen, en este contexto nos referimos a un grupo de personas con determinados comportamientos o valores comunes universales.
¿Has visto alguna vez un patrón de conducta común en personas desconocidas, pero que se repite? Si la respuesta es que sí, te has encontrado con un arquetipo determinado de los varios que hay.
¿Cómo funcionan los arquetipos?
Cuando Carl Gustav Jung estudió los arquetipos, lo hizo apelando a un inconsciente colectivo que existiría en la humanidad. Más allá de las culturas, de los tiempos y de los condicionamientos sociales, existen unos comportamientos o formas de afrontar la vida comunes, también en determinados ritos de paso.
Existen discrepancias acerca de cuántos arquetipos existen en el ser humano. Jung hablaba en su día de 12, mientras que otros psicoanalistas lo han matizado. Estos serían los personajes arquetípicos:
- Inocente: a veces se les llama “niños grandes” porque suelen ser bastante optimistas y confiados.
- Amigo: apuesta por vínculos sólidos, a largo plazo y, a veces, gregarios.
- Héroe: busca proteger a los demás, por lo general a los que ve en una posición de inferioridad.
- Protector: es especialmente empático y compasivo con aquellas personas que le importan. Tiene algo de persona medicina.
- Amante: prioriza la estabilidad y la conciliación.
- Bufón: quiere divertir y entretener a los demás. A veces incluso de forma profesional.
- Explorador: siempre tiene interés en conocer lugares y experiencias distintas o desconocidas.
- Rebelde: en todos los sentidos, se rebela contra aquello que no le gusta, trabajo, política o las relaciones. En un sentido negativo, es claramente destructivo.
- Creador: son aquellas personas que son capaces de crear algo nuevo.
- Sabio: la voz de la experiencia, con independencia de su edad. Da consejos útiles a quienes lo rodean.
- Mago: o también el alquimista, aquella persona capaz de transformar lo existente.
- Gobernante: es aquella persona con capacidad de poder y mando, puede ser un empresario o un gobernante político.
Cabe destacar algo importante: cada arquetipo tiene su luz, pero también su sombra. Y hay que saber manejar ambas para que no haya problemas e integrarlas correctamente. Anecdóticamente, esta clasificación se utiliza no solo en la psicología, sino también en el marketing.
¡Cambia el paradigma!
Los arquetipos son útiles para entender, sí, pero no son una condena y sirven para sacar la parte buena. ¿Necesitas cambiar el paradigma y te sientes encasillad@? ¿Sientes que tu vida está manejada por hilos que no controlas? En Emocodificación te puedo ayudar a hacer esa transformación. ¡Contáctame y te informo!