Cómo afrontar la vida cuando falta mamá

cuando falta mamá

La mayoría de las personas experimentan un vacío cuando falta mamá. Esa figura es central y su ausencia, sea por la razón que sea, marca. Aquí indicamos qué recursos se pueden utilizar ante estas situaciones.

Cuando falta mamá: cómo gestionar esa ausencia

La figura materna influye decisivamente en nuestras vidas, ya sea para bien o para mal. Pero a nadie se les escapa que es el principal referente en los primeros años. Y si no lo es nuestra madre biológica, lo será la persona que haga las veces de cuidadora, ya sea una madre adoptiva, una abuela u otra persona.

Pero, ¿qué hacemos cuando nos ha faltado ese referente? Los problemas que hay son varios, sobre todo de falta de identidad, pero también de límites (por exceso o por defecto) y, en definitiva, de ubicar nuestro lugar en el mundo. Aquí puede haber un importante problema de roles, sobre todo cuando creamos nuestra propia familia. Y, por desgracia, muchas veces se generan vínculos disfuncionales heredados de esa circunstancia.

Gestionar esta realidad es difícil, pero, si hemos llegado a la edad adulta conscientes de ello, hay estrategias para andar liger@s de equipaje. Por ejemplo:

1. Define interiormente tu situación

En primer lugar, debes sincerarte y asumir esa falta o carencia que hayas tenido. ¿Por qué? Porque ese punto de partida va a ser fundamental para que puedas construir un ego saludable. Va a ser más difícil que para otras personas, sí, pero no es imposible. Si tienes que pedir ayuda, hazlo porque este paso es fundamental para afrontar correctamente todos los demás.

2. Practica y cultiva el perdón

Cuando hablamos del perdón, esto no implica que debas retomar la relación con tus cuidadores, si los tuviste. En ocasiones, no mantener el contacto es lo más saludable.

No obstante, el perdón consiste en soltar y dar por finalizada una etapa en tu interior. Para la otra persona, quizás sea irrelevante, pero no lo es para ti. Cuando dejas atrás la rabia y el rencor, y pones punto y final, ganas energía para dedicarlo a cuestiones más importantes. Por lo tanto, la capacidad de transformación que tiene el perdón, si es auténtico, es enorme.

Evidentemente, estamos ante una situación que es fácil decir, pero a veces no tanto de hacer. Es un trabajo que puede ser más o menos largo, pero que debes realizar.

3. Valora tus pequeños logros cotidianos

Valorar tus pequeños logros cotidianos es una manera de ganar autoestima. Y esto, que es válido para cualquier persona, lo es mucho más para quien ha carecido de figura materna. Piensa que esto lo estás consiguiendo a pesar de no haber tenido la ayuda que han tenido la mayoría en su infancia, así que es un motivo de orgullo. Poco a poco, esto te puede ayudar.

Recupera tu alegría de vivir

Cuando falta mamá hay un vacío, sí, pero eso, queriéndote y trabajándolo, se puede sanar. ¿Necesitas ayuda? Yo puedo hacerlo porque conozco ese proceso. Y es posible vivir con felicidad a pesar de esta carencia. ¡Contáctame y hablamos!