Las relaciones humanas, para que sean satisfactorias, han de tener un componente de reciprocidad. No nos engañemos: dar mucho y recibir poco, a lo largo de los años, genera un desgaste silencioso que da lugar al rencor y que, a la larga, puede acabar con la relación. Por eso vale la pena entender qué sucede y cómo evitarlo.
Dar mucho y recibir poco, ¿cómo se vive?
Cualquier relación voluntaria de tipo afectivo, cuando se inicia, implica un aumento de determinadas hormonas que dan felicidad, pero que nublan el raciocinio. En un primer momento, lo que esto implicará es que obviemos o relativicemos los defectos de la otra parte.
¿Qué es lo que sucede, al cabo de un tiempo? Que esos defectos se ven y, si las bases en las que hemos construido no son las adecuadas, puede haber problemas, porque se dará una relación asimétrica. No en vano, cuanto más tiempo se prolongue esta situación, mayor es el rencor que se puede acumular. Hay personas que pueden estar años así, pero, poco a poco, ese sentimiento aumentará hasta que inviabilice la relación; esto es lo que sucede cuando un amigo o pareja empieza a caer mal.
Los motivos de una relación desequilibrada pueden ser de varios tipos. Pero, más allá de las situaciones sobrevenidas (enfermedad) o de índole cultural, lo que hay, muchas veces, es una falta de confianza en la propia valía y capacidades. Y esto, evidentemente, comporta situaciones difíciles. Evidentemente, identificar los porqués es imprescindible para que, posteriormente, enfoquemos correctamente la solución.
Pero hay una buena noticia, y es que esto tiene remedio. Hay que señalar que existe una manera de darle la vuelta a esta situación, tomando el control de tu vida.
La asertividad, una posible solución para lograr el equilibrio
El concepto de asertividad tiene varias acepciones, pero, básicamente, nos tenemos que referir a la capacidad de expresar las intenciones o ideas de forma serena. No en vano, hay que señalar que, muchas veces, la dificultad está en no saber decir «no» o, simplemente, no decir las cosas. Ahí no se combinan bien nuestra individualidad con el altruismo.
Ejercitar la comunicación asertiva implicará que algunas personas se alejen, pero, también, que las relaciones que establezcamos tengan bases más sólidas. Y si bien es cierto que esto implicará un esfuerzo inicial, vale la pena. Por lo tanto, la asertividad es la piedra de toque que te permite equilibrar tus relaciones. Y hay quien la tiene de forma innata, pero quien no la tenga, la puede ejercitar con el tiempo, poco a poco y con objetivos parciales.
Un exceso de asertividad puede traer problemas, efectivamente, pero no porque des más de lo que recibes. Una persona asertiva, al fin y al cabo, es aquella que sabe poner límites. Esto ayudará a cambiar la negatividad que, quizás, te embarga.
En conclusión
Dar mucho puede implicar dificultades en tus relaciones, de manera que cambiar con ese paradigma es necesario. ¿Te cuesta decir «no»? ¿Arrastras inseguridades que, a lo largo de los años, se han amplificado? En Emocodificación te puedo ayudar para dejar atrás aquello que te impide crecer. ¡Contáctame para fijar tu primera cita gratis!