Los seres humanos gestionamos las expectativas de forma variable y, demasiadas veces, por no hacerlo bien se generan problemas graves. Aquí nos centraremos en ver si gestionamos expectativas adecuadamente y cómo hacerlo para que nos vaya mejor.
Cómo saber si nuestras expectativas son las adecuadas
Tenemos objetivos bien marcados que, muchas veces, se van al traste. Y aunque la coyuntura externa es decisiva, demasiadas veces hemos partido de una premisa errónea. ¿Las expectativas que habíamos planteado eran adecuadas? Esta es la primera pregunta que nos deberíamos hacer.
Para ello, hay algunos elementos que nos servirán para hacer una evolución más o menos objetiva. Son estos:
1. Capacidades reales en las expectativas
Lo primero que debemos tener claro son nuestras capacidades reales para alcanzar un objetivo. Y, para ello, tenemos que comparar lo que sabemos y podemos con el objetivo que queremos alcanzar. Por ejemplo, quizás podemos correr los 100 metros lisos en 15 segundos, pero no podemos hacerlo en 12; de manera que la primera expectativa sería realista, pero la segunda no.
2. Tener claro qué depende de nosotros
Uno de los grandes problemas de las expectativas radica en que hay factores que, quizás, no dependen de nosotros. La mayoría de malentendidos en las relaciones de pareja, amistades o en el ámbito laboral, se dan por eso. Si tenemos una expectativa, debemos saber qué es lo que depende de nosotros y qué depende de los demás.
3. Requisitos
En segundo lugar, se debe comprobar cuál es el orden de requisitos exigibles para lograr un objetivo. Y estos requisitos pueden ser de varios tipos: físicos, académicos, económicos, sociales y de tiempo disponible. En consecuencia, es sumamente importante tener este tema claro para adecuar las expectativas.
4. Horizonte espaciotemporal
El horizonte espaciotemporal es otro de los puntos clave cuando se tienen unas expectativas. Quieres hacer algo y conseguirlo, sí, pero, ¿en cuánto tiempo? Es sumamente importante que esto lo marques porque, de esta manera, será mucho menos probable frustrate o generar frustración.
Gestionar bien las expectativas hacia afuera
La capacidad de gestionar las expectativas hacia afuera es imprescindible, sobre todo si se dirigen equipos. Ahora bien, ¿cómo se debe hacer para que el liderazgo funcione? Hay algunos tips sencillos:
- No exagerar: las exageraciones son crontrproducentes porque acaban con tu credibilidad. Y esto, a la larga, generará problemas.
- Ilusionar: ilusionar es bueno porque si se generan buenas expectativas, puedes motivar a tu equipo. Pero, eso sí, la capacidad de ilusionar tiene que sustentarse, siempre, bajo una base real.
- Cambiar si las circunstancias cambian: conviene señalar que, a veces, las situaciones pueden ser disruptivas y dar al traste con las expectativas. Cambiar y avisar del cambio es bueno porque preserva tu credibilidad.
Una persona con liderazgo tendrá en cuenta que para comunicar una expectativa, hay que basarse en datos reales. Esto ayudará a preparar al equipo y, así, mejorar.
En resumen…
Las expectativas que tenemos con nosotros mismos y con los demás tienen que gestionarse correctamente. No en vano, si no lo hacemos, podemos encontrarnos con problemas y entrar en bucle constantamente, para mal. En Emocodificación te ayudo a generar expectativas realistas para que te sientas mejor contig@ mism@. ¡Llámame y hablamos!