Qué hay detrás del “no tengo tiempo”

no tengo tiempo

La gestión del tiempo es uno de los principales problemas con que nos encontramos. Y decir “no tengo tiempo”, tanto hacia nosotros como hacia los demás, es una frase recurrente. No obstante, ¿cuánto hay de cierto en ello?

“No tengo tiempo”, ¿de verdad es así?

Es cierto que hoy en día, estamos en una sociedad del estrés que limita la disponibilidad del tiempo. Y gestionarlo es un reto para la mayoría de las personas.

Pero, siendo verdad, esto puede ser, muchas veces, producto de la voluntad personal. Porque sí es cierto que tenemos que gestionar nuestro tiempo correctamente, pero también es importante tenerlo para lo que realmente es relevante.

Entonces, ¿qué puede haber detrás de esta frase recurrente? Pongamos las siguientes posibilidades:

1. Procrastinación

Lo primero que puede ser es un pretexto para no hacer algo. Imagina que tienes que cambiar una estantería de lugar o montarla y te dices, “mañana, que hoy no puedo”. Esto puede valer un día, pero si se convierte en un argumento recurrente, entra en juego la procrastinación. Aquí se hace central trabajar la constancia.

2. Excusas para no interactuar

Quizás no te apetece hablar con alguien y vas retrasando la interacción indefinidamente. ¿Qué significa esto? Que quizás no estás gestionando correctamente tus relaciones porque dejas abiertos espacios de tiempo.

En un caso, puede suceder que no te apetezca hablar porque ya no tenéis energía en común. Otras veces, es por timidez tuya o por el hecho de no afrontar una conversación complicada. En cualquier caso, pregúntate por qué no haces algo.

Y, como principio general, intenta siempre resolver la situación, sea en un sentido u otro. Igual te toca hacer un acto de voluntad, pero no estará de más.

3. Gestión del tiempo deficiente

La gestión del tiempo es, también, otro de los problemas recurrentes. A veces por falta de él, sí, pero otras veces es por una organización pésima, que no deja de ser un hábito adquirido. ¿Qué significa esto? Que no sabes establecer en qué emplear tu tiempo o que gastas mucho tiempo en actividades que no llevarían tanto.

Aquí toca, también, que te plantees si te concentras en lo que realmente importa o no. Puede ser que, realmente, no haya tiempo, pero porque no lo sabes gestionar de la forma adecuada.

4. Organización de prioridades incorrecta

Un problema que va más allá de cómo gestionar el tiempo es decidir, antes, que tiene prioridad en nuestras vidas. Y aquí entran dos factores: la asunción (o no) de compromisos y, sobre todo, el ser sinceros con nosotros mismos. Si somos incoherentes, es posible que tengamos situaciones desagradables en nuestras vidas, porque no hemos marcado las prioridades antes. Pero todavía puedes cambiar esa dinámica.

Aprovecha mejor tu tiempo

Para que no tengas que decir “no tengo tiempo”, lo mejor es que sepas qué te importa y, sobre todo, que actúes en consecuencia. ¿Te cuesta alinear correctamente lo que piensas y lo que sientes? Te puedo a ayudar a que recuperes tu centro en Emocodificación. Contáctame y te explico cómo hacerlo juntos.