Afrontar una ruptura es posible, y aprender de ella también

afrontar una ruptura

El reto de afrontar una ruptura es, a veces, complicado. Bien por falta de experiencia, bien porque lo que se deja atrás ha creado un hábito difícil de dejar. ¿Cómo actuar para aprender de estas experiencias? Te damos unos tips prácticos.

Pasos para afrontar una ruptura de una forma responsable

Cuando se rompe una relación, sea de amistad, de pareja o, a veces, incluso familiar o laboral, se deben dar unos pasos. Porque, antes de nada, conviene tener claro cuál es el camino. Por eso, recomendamos estas fases:

1. Afrontar una ruptura estando segur@

Lo primero, tienes que obrar con honestidad contig@ mism@. Y esto exige, por ejemplo, que tengas claro que la relación tiene que finalizar. Si tienes dudas, evalúa, pero cuando vayas a romper, que no tenga marcha atrás. Un cierre de etapa es, exactamente, eso. Muchas relaciones tóxicas con dependencia emocional se alargan en el tiempo, precisamente, por falta de claridad.

2. Comunicar de forma asertiva (si es posible)

Lo mejor que hay que hacer, siempre que sea posible, es comunicar de forma asertiva el fin de la relación. Y hacerlo desde el convencimiento que da una decisión firme y serena. Debe quedar bien claro que no hay marcha atrás.

No obstante, en algunos casos eso es materialmente imposible o contraproducente. Si es así, lo mejor es que pases directamente a la siguiente fase.

3. Minimizar el contacto

Hay personas que finalizan una relación de pareja y que después pueden mantener una relación cordial e incluso de amistad. Pero, la mayoría de las veces, cuando se rompe una relación se debe pasar una fase de duelo. Esta es la razón por la que se debe minimizar el contacto, en algunos casos hasta el contacto cero. A veces, la cuestión quedará en ese punto porque la ruptura es para siempre.

4. No actuar de forma impulsiva

Recordemos que, en una relación, en ocasiones hemos tenido momentos bonitos que han provocado que nuestro cerebro liberase dopamina. Es posible que, aun después de la ruptura, nos queramos aferrar a aquellos momentos. Por eso, ante esta posibilidad, recomendamos encarecidamente no actuar de forma impulsiva. El cerebro también se deshabitúa a esa rutina; es cuestión de tiempo.

El aprendizaje de una ruptura

Una ruptura es un punto de inflexión, pero no para repetir el mismo patrón. Cuando ya lleguemos al estado de tranquilidad basal, nos podemos hacer varias preguntas. A saber…

¿Qué podría haber hecho mejor? No es cuestión de que te autoflageles, pero sí de estudiar que elementos han favorecido que la relación tomase una dinámica negativa. A veces, quizás has dado pie involuntariamente a esa dinámica.

¿Cuánto tiempo he perdido? Este punto es crucial, sobre todo porque te permitirá tomar decisiones más asertivas en el futuro. Cuando tomas conciencia de que el tiempo es oro, puedes actuar de otra manera en nuevas relaciones con los demás.

¿Qué errores no estoy dispuest@ a cometer? Finalmente, hay que plantearse qué errores no se van a repetir. Y, cuando inicies algún tipo de relación, debes tener en cuenta este esquema. Pensar dos veces antes de lanzarse puede ser muy bueno.

Conocer gente puede ser muy positivo

Afrontar una ruptura es desafiante, sí, pero a veces soltar es lo ideal para abrir nuevas puertas. ¿Te apegas demasiado a relaciones del pasado? ¿Te cuesta confiar en la gente? Hablemos. En Emocodificación te ayudo a recuperar tu autoestima y a darle la vuelta a estas situaciones. ¡Pide tu primera cita gratuita!