Diferenciar un amigo de un conocido es esencial para tener unas relaciones saludables a todos los niveles. Desgraciadamente, todavía hay muchas personas que no son capaces de marcar esos límites de una forma nítida. En este artículo te damos claves para que el proceso sea más fácil.
Tips para diferenciar un amigo de un conocido (y no equivocarte)
Para diferenciar un amigo de un conocido, que son ambos personas con las que tenemos contacto, nos tendremos que ir al detalle. Es lógico que, a medida que cumplimos años y acumulamos experiencias y aprendizajes, este proceso sea más sencillo. En cualquier caso, estos ítems nos deberían servir para tener unas expectativas realistas. Veamos…
1. Profundidad de la relación
La primera prueba para distinguir amigos de conocidos está en la profundidad de la relación. Ojo, esto no implica, necesariamente, frecuencia en la interacción física, porque a veces eso no es posible por cuestiones geográficas. Y, de hecho, un conocido puede ser una persona con la que hablemos todos los días. El punto está en que con un amigo hablas de cuestiones importantes para ti, lo cual no haces (o no deberías) hacer con un conocido.
2. Compromiso emocional
El compromiso emocional es otro de los elementos que distinguen un amigo de un conocido. Con un amigo, tú tienes disposición a abrirte y la otra parte también. Y eso implica, también, el sostener momentos concretos de zozobra. Cuando estás con alguien que te importa, puedes ser quien eres, sin miedos; esto no sucede con un conocido.
3. Lealtad
La lealtad es un elemento definitorio porque está relacionado con la idea de profundidad e incluye igualmente la reciprocidad. Cuando se trata de un amigo, de entrada, tendrás un sentimiento de defensa de él ante terceros, lo que no implica que tengas que estar siempre de acuerdo con él. Si se trata de un conocido, es evidente que este concepto no va a existir. Además, a un amigo, las críticas siempre se le harán en privado, nunca en presencia de otras personas.
4. Espontaneidad
La espontaneidad es otra de las condiciones asociadas a la amistad. Básicamente, ser amigo de otra persona resulta fácil, no hay que hacer ningún esfuerzo adicional. Sale de natural, y es algo de agradecer porque influye decisivamente en que el vínculo sea más satisfactorio para ambas partes. Por esa razón, es un elemento a valorar porque una amistad nunca tiene que ser un proceso forzado.
5. Valoración mutua
Y, finalmente, en la amistad hay un sentimiento de valoración mutua entre las dos personas. Esto va más allá del respeto consustancial a la urbanidad que existe entre dos personas que no tengan hostilidad entre sí. Implica, por ejemplo, reconocer las capacidades del otro en positivo. Y, en definitiva, una voluntad de ser que es sumamente importante para todo vínculo humano.
Construye relaciones más sanas
Diferenciar un amigo de un conocido es fundamental para tener una vida relacional más plena. ¿Te cuesta hacerlo? ¿Te has encontrado ante este reto y tienes que trabajarlo? En Emocodificación te ayudo a que el proceso sea más fácil. ¡Contáctame y hablamos!