¿A qué esperas? ¿A quién esperas?

esperas

Las esperas, como actitud personal hacia dentro o hacia afuera, suelen generar numerosos problemas y pérdidas de tiempo. ¿Por qué o a quién esperamos? ¿Nos hacemos daño innecesariamente? ¿Le podemos dar una vuelta a eso? En este artículo damos respuestas que se deben conocer para que sea más fácil tomar decisiones.

La procranistación hacia nosotros o hacia adentro

Uno de los grandes problemas con que nos encontramos, desde que somos niños, es la procrastinación. O, lo que es lo mismo, dejar para mañana lo que podemos hacer hoy. Y quien dice para mañana, dice para la semana que viene, el mes que viene, y así ad infinitum…

La mente humana es sorprendentemente hábil a la hora de buscar pretextos para retrasar aquello que deberíamos hacer. El “no es tan importante” o “mañana lo hago en un plis-plas” o, simplemente, “quiero ver esa serie…” son excusas perfectas, por ejemplo, para que un estudio quede encima del cajón. Y también es posible que digamos siempre que no tenemos tiempo para hacer “X” tarea. Por esa razón, es importante ver hasta qué punto nos autoengañamos para poner el foco y evitar los problemas.

La procrastinación es, también, una forma de mantenerse en la zona de confort, aunque en realidad no sea tan confortable. De ahí que sea recomendable hacer un ejercicio de honestidad y trabajar la constancia. Al final, muchos de los impedimentos que ponemos están en nuestro interior, no son reales, sino simulados o excusas y sabotajes internos para o avanzar.

¿A quién esperas? La procrastinación hacia los demás

Igualmente es importante la procrastinación hacia los demás o, mejor dicho, poner el poder en otros. Esta es una idea que se ha mantenido a lo largo de la historia y con distintas formulaciones. Lo que sucede es que, hoy, empezamos a ser consciente de ello.

Esperar a otro es nocivo si somos adultos, tanto en relaciones personales como laborales. Existe un rol de cuidador que, quizás, no deberíamos ceder a otras personas. No significa que no haya que esperar un plazo razonable, pero sí que existen unos límites ante los cuales hay que plantarse. Y conviene hacerlo porque, de lo contrario, permitiremos que el otro juegue con nuestra vida. Muchas relaciones de abuso emocional se construyen en base a esta cesión de poder a otro porque se genera un círculo vicioso. Y, llegados a cierto punto, es difícil mantener la relación en términos saludables.

¿Qué sucede? Que a veces esperamos al otro, bien porque confiamos en él, bien por necesidad económica o emocional. Muchas veces, lo que subyace detrás de esta actitud es una falta de autoestima. Por lo tanto, tomar conciencia es esencial para evitar o minimizar actitudes tóxicas. Al fin y al cabo, esa procrastinación nos hace perder tiempo y salud.

Por lo tanto…

Las esperas, conscientes o inconscientes, nos pueden hacer perder mucho tiempo innecesariamente. ¿Quieres darle una vuelta a esa situación? En Emocodificación encontramos las claves para que puedas romper tus bloqueos. ¡Contáctame y te explico cómo hacerlo!